Hojas anaranjadas que tiemblan antes de soltarse, estampas de este antiguo ciclo estacional.
La tenue luz invita a respirar lentamente, ¡qué gozoso! ¡Cuanta belleza se congrega en otoño! 

Escucho mi interior para percibir las hojas secas, hojas que contemplan la tierra con ojos tiernos…
A su vez, la tierra abre sus cálidos brazos para ellas, reanudando con este baile, un perfecto orden ancestral. 
Me abrazo, les doy las gracias, y al dejarlas caer, sonrío con reverencia.
Nada se pierde, en su momento renacerán como brotes nuevos, en nuevas ramas, quien sabe como serán…
Ahora es tiempo de soltar, El viaje del otoño ya está en marcha.

Cerrando los ojos, tránsito hacia dentro, me siento atraída hacia la madre tierra, percibo las gruesas raíces que se abren camino, penetrando mantillo, guijarros, minerales, aguas.
El olor es profundo, de una humedad antigua y fresca… lleno de información, conecta con un legado ancestral.
Me sonríen mis abuelas, sus madres, sus madres…, mis abuelos y sus padres y los de ellos…, mis compasivos maestros, maestras, mis amigas de quienes tanto amor recibí…
Es una inmersión de amor y reconocimiento.

Soy una con mis raíces, me empapa su sabiduría, soy ellas, continuo su legado… 
Otoño, tiempo de soltar, de liberar, tiempo de nutrir lo profundo. Os deseamos un viaje genuino